Desde el año 1900 hasta la
actualidad la arquitectura viguesa ha evolucionado notablemente, pasando de
estilos arquitectónicos tales como el eclecticismo o el historicismo hasta el
actual estilo dominante, la arquitectura moderna contemporánea.
A principios del siglo XX la ciudad
vive un momento de esplendor arquitectónico
y se desarrollan principalmente tres corrientes arquitectónicas de forma
casi simultánea, el eclecticismo, el historicismo y el modernismo.
La arquitectura ecléctica busca
romper el rígido esquema académico clásico, permitiendo la creatividad y la libertad
compositiva. Permitirá la reutilización de todos los estilos, por separado o
mezclados. Así, existirán diferentes influencias base: clásico, medieval,
renacentista, barroco, etc. Se preferirá el neogótico o neorrománico para las
construcciones religiosas y el clasicismo para los edificios oficiales o
bancarios. La rica burguesía viguesa demandaba
edificaciones de suntuoso lenguaje ecléctico, que serán conocidas por el nombre
de su propietario, llevando incluso muchas de ellas las iniciales del
propietario inscritas en los elementos graníticos de coronación de las
fachadas, como símbolo de prestigio personal.
Edificios representativos:
Casas de Oya - Miguel Pacewicz
(1904)
Edificio Bonín - Jenaro de la
Fuente Domínguez (1910)
Por otro lado, la arquitectura historicista
neomedieval, que surgió en Europa por un sentimiento románico, utiliza el gótico
como estilo prototípico.
Edificios representativos:
Casa Yáñez - Miguel Pacewicz
(1900)
La tercera corriente de este
inicio de siglo, la arquitectura modernista, presenta nuevas soluciones
decorativas, encontrando en la naturaleza su principal fuente de inspiración.
Las fachadas de los edificios se llenan de formas sinuosas y ondulantes con
componentes de flora y fauna. Predominan las formas vegetales y florales frente
a las formas animales o humanas.
Edificios representativos:
Edificio Mülder - Manuel Gómez
Román (1910)
Edificio Simeón - Manuel Gómez
Román (1911)
A partir de los años 20 surgirá
un nuevo eclecticismo, más sobrio y académico, con un renovado clasicismo y con
tendencia a la monumentalidad. Sigue el orden clásico con simetrías verticales
y permitiendo mayores alturas.
Edificios representativos:
Teatro García Barbón - Antonio
Palacios (1913)
Edificio Banco de Vigo (Pastor) -
Manuel Gómez Román (1923)
También en esos años surgirá con
fuerza la arquitectura regionalista, en la que se reafirma el sentir gallego.
Esta arquitectura propone una búsqueda de la identidad mediante un retorno a la
tradición. La arquitectura regionalista se deja sentir, sobretodo, en la
vivienda residencial. Se intenta recuperar la arquitectura con señas propias en
contraposición a las corrientes nuevas que vienen del exterior.
Edificios representativos:
Colegio San José de Cluny - Antonio Cominges (1929)
Monasterio de la Salesas - Antonio Palacios (1942)
Más tarde, ya en los años 30 se desarrollará la arquitectura racionalista, que surgió en un momento en que los grandes cambios que se produjeron en el desarrollo social, el aumento de la población urbana, las nuevas técnicas y materiales, la cristalización de los postulados higienistas, etc. modificarán la concepción, la estética y la función de la arquitectura. El hormigón armado, el ascensor de seguridad de Otis, la utilización del hierro y el cristal, conseguirán que "lo técnicamente viable" alcance límites insospechados.
Edificios representativos:
Real Club Náutico - Francisco Castro Represas (1944)
Edificio Curbera - Francisco Castro Represas (1939)
Con la llegada de la guerra civil y la posterior posguerra se produce un cambio cultural y económico, al que la arquitectura responde con una paralización del proceso de modernización. En los años 40 se reutiliza el academicismo e historicismo, y en los 50 se inicia una recuperación hacia estilos más modernos. El racionalismo es desechado por considerarse un símbolo de modernidad de la Segunda República y algunos arquitectos tienen que exiliarse por motivos políticos.
Edificios representativos:
Teatro - Cine Fraga - Luis Gutiérrez Soto (1942)
Edificio Sede Social Caixanova - Antonio Cominges (1953)
Edificios representativos:
Colegio San José de Cluny - Antonio Cominges (1929)
Monasterio de la Salesas - Antonio Palacios (1942)
Más tarde, ya en los años 30 se desarrollará la arquitectura racionalista, que surgió en un momento en que los grandes cambios que se produjeron en el desarrollo social, el aumento de la población urbana, las nuevas técnicas y materiales, la cristalización de los postulados higienistas, etc. modificarán la concepción, la estética y la función de la arquitectura. El hormigón armado, el ascensor de seguridad de Otis, la utilización del hierro y el cristal, conseguirán que "lo técnicamente viable" alcance límites insospechados.
Edificios representativos:
Real Club Náutico - Francisco Castro Represas (1944)
Edificio Curbera - Francisco Castro Represas (1939)
Con la llegada de la guerra civil y la posterior posguerra se produce un cambio cultural y económico, al que la arquitectura responde con una paralización del proceso de modernización. En los años 40 se reutiliza el academicismo e historicismo, y en los 50 se inicia una recuperación hacia estilos más modernos. El racionalismo es desechado por considerarse un símbolo de modernidad de la Segunda República y algunos arquitectos tienen que exiliarse por motivos políticos.
Edificios representativos:
Teatro - Cine Fraga - Luis Gutiérrez Soto (1942)
Edificio Sede Social Caixanova - Antonio Cominges (1953)
Desde finales de los años 50 y
principios de los 60 comienza a generalizarse la arquitectura moderna
contemporánea. Se incorporan a la plantilla de arquitectos de Vigo una nueva
hornada de jóvenes arquitectos que retoman el movimiento moderno iniciado ya en
los años 30 con el racionalismo pero apagado por la etapa de la posguerra. En
Vigo dejarán su huella nuevos arquitectos como: José Bar Boo, Pérez Bellas,
Pérez-Lorente, Yáñez, Araujo... Introducirán un aire de renovación en Vigo con
nuevas formas y la combinación de materiales no tradicionales, haciendo un uso
racional de la piedra tan usada en décadas anteriores.
Edificios representativos:
Edificio Plastibar - Xosé Bar Boo (1957)
Policlínico Cíes - Xosé Bar Boo (1967)
A finales de los años 60 y principios de los 70, se observa un comienzo hacia la arquitectura internacional. Será una época de experimentación con nuevos materiales que la industria de la construcción ofrece. Esto provocará resultados muy dispares y discutidos.
El desarrollo del Polígono de Coia de los años 70 supone la internacionalización de nuestra arquitectura. Envueltos en el optimismo desarrollista de la época, asistimos a una liberalización del sistema constructivo y compositivo que supuso la caída definitiva (y hasta su actual revival) del regionalismo mimético y la arquitectura floreada.
Edificios representativos:
Edificio Plastibar - Xosé Bar Boo (1957)
Policlínico Cíes - Xosé Bar Boo (1967)
A finales de los años 60 y principios de los 70, se observa un comienzo hacia la arquitectura internacional. Será una época de experimentación con nuevos materiales que la industria de la construcción ofrece. Esto provocará resultados muy dispares y discutidos.
El desarrollo del Polígono de Coia de los años 70 supone la internacionalización de nuestra arquitectura. Envueltos en el optimismo desarrollista de la época, asistimos a una liberalización del sistema constructivo y compositivo que supuso la caída definitiva (y hasta su actual revival) del regionalismo mimético y la arquitectura floreada.
Desaparecida
la piedra, se busca la expresividad singular de materiales como el hormigón, el
ladrillo, la cerámica, el aluminio o el vidrio, que pasan de un papel
secundario a convertirse en auténticos protagonistas de una arquitectura que,
inspirada en el bloque exento, gana en libertad volumétrica.
En los años 80-90 se consolida la nueva arquitectura en Vigo con el desarrollo de la calle Rosalía de Castro.
Hoy en día la ciudad sigue creciendo, tanto en número de viviendas: el PAU de Navia en actual construcción, en instalaciones culturales: Museo Verbum, Museo del Mar, Museo MARCO...., centros de educación: nuevas facultades e instalaciones en la ciudad universitaria, y en espacios de ocio: como el proyecto Abrir Vigo al Mar.
En los años 80-90 se consolida la nueva arquitectura en Vigo con el desarrollo de la calle Rosalía de Castro.
Hoy en día la ciudad sigue creciendo, tanto en número de viviendas: el PAU de Navia en actual construcción, en instalaciones culturales: Museo Verbum, Museo del Mar, Museo MARCO...., centros de educación: nuevas facultades e instalaciones en la ciudad universitaria, y en espacios de ocio: como el proyecto Abrir Vigo al Mar.
Ciudad universitaria – Enric
Miralles, Alfonso Penela (2003)
Auditorio Mar de Vigo
– César Portela (2011)
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